El Espíritu Santo es una persona que está siempre presente en el que cree y ama a Dios. La santa Biblia le da al Espíritu Santo el nombre de “Abogado Consolador” (Paráclito); esto quiere decir que Él se coloca a nuestro lado para defendernos, para ser nuestro amigo, para darnos consejos que necesitamos y animarnos en los mementos difíciles.