En todas las épocas de la historia humana el Señor, de distintas maneras, consuela a su pueblo suscitando a los santos con un peculiar estilo de vida que cuestiona e interpela.
Así, en nuestros tiempos Dios ha suscitado al Padre Pío, ´un santo de los tiempos modernos´. En una época proclive al dinamismo, al apostolado con todos los medios, al activismo exagerado y no rara vez estéril, el Padre Pío ha replanteado la elección de la ´mejor parte´.
Los signos de la pasión de Cristo (estigmas) y la serie impresionante de curaciones, científicamente inexplicables, obtenidas con su oración, indican elocuentemente el límite del hombre y el poder de Dios.